Hace unos días celebraba la fiesta de cumpleaños de Júlia, mi hija pequeña, que ya ha cumplido 4 años. Y como para el cumpleaños de cada una de las dos me encanta preparar cosas yo misma. En la fiesta, Maria José, una madre del colegio, me preguntó un tema de diseño de blogs y le comenté que tenía uno pero que hacía muchísimo que no escribía. Ella me animó a continuar, y así que aquí estoy.
Con las niñas ya en la cama, he pasado algunas fotos que hice y me decido por escribir esta entrada. Gracias Maria José, por el empujón ;-).
El tema de la fiesta era Minnie Mouse, le encanta a Júlia. Aunque al principio ella quería fiesta de las princesas el motivo del cambio fue de carácter técnico y de experiencia. Sí, porque este año mi hermana Merche dijo que le haría una tarta decorada de fondant (ahora se ha aficionado ella también a la nueva repostería). Pero todos los modelos que encontraba de temática princesa los veía demasiado complicados, según ella, para la experiencia que tenía. Encontró unos de Minnie para los que sí que se veía capaz y le preguntó a Júlia si no le gustaban más. Y como a la peque tanto le da la princesa que la ratita, pues cambio de temática de la fiesta, jajaja.
Quería hacerle yo unas galletas con la forma del número 4 decoradas. Y menudas risas con el grupo de madres que tenemos en el chat del teléfono porque pedí si alguna tenía molde de galletas del número 4 y las que no son nada reposteras alucinaban porque pensaban que los moldes de galletas se clasificaban por números. Al final compré el molde en Cuina de gust, la tienda que tiene mi prima en Mataró. Y es que siempre hace lo posible para traerme lo que le pido si no lo tiene (muacss, Leti, eres un sol).
Para las galletas seguí la receta de mi amiga Gina, que no lleva huevo (es que además uno de los invitados es alérgico al huevo, y al menos pudo comerlas sin decorar con glasa):
- 300 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 150 gr de azúcar glass
- aroma de vainilla
- una pizca de sal
- 500 gr de harina
- leche (si es necesario)
Batimos la mantequilla hasta que se haga una crema suave y vamos añadiendo el azúcar glass.
Cuando se integra todo cambia un poco de color. Añadir entonces el aroma al gusto. Yo utilizo vainilla bourbon de Home Cheff y es bastante potente, así que con una cucharilla y media hay suficiente, pero esto va a gusto, según se quiera que sepa más o menos a vainilla.
Después vamos añadiendo poco a poco la harina, a la cual habremos añadido una pizca de sal hasta que se integre totalmente. Si veis que no se forma una masa compacta podéis añadir un chorrito (sin pasarse) de leche.
Yo lo que hago es sacar la masa entonces de la máquina, espolvorear un poco con harina el mármol de la cocina, y acabar de amasar y darle forma a mano.
En ese momento dividir la masa en dos, hacer un rulo con cada parte y envolverlo en film transparente. Se deja en la nevera unos 40 minutos para que coja cuerpo antes de ir estirando la masa y cortando con las formas que se deseen. Yo estiro la masa para que queden de grosor de unos 3-4 mm.
Se van colocando la masa cortada en una bandeja de horno que habremos cubierto con papel de horno.
Por cierto, 10 minutos antes de hornear precalentar el horno a 170º arriba y abajo (sin ventilador)
Metemos las galletas y con el grosor que os he dicho son unos 10-12 minutos.
Aunque os parezca que pueden estar crudas, si veis que el borde está dorado es suficiente porque en un minuto se os pueden quemar.
Sacar y dejar enfriar en la bandeja unos 5 minutos y luego pasar a una rejilla para que no cojan humedad por debajo.
Una vez frías se pueden comer así, decorar con fondant, glasa, etc. Incluso si queréis podéis mezclar azúcar con canela y antes de hornearlas espolvorearlas por encima.
Yo me decidí decorarlas con glasa, siguiendo la receta que aprendí en el curso que hice con Sofía, de Las galletas de Sofía. Para la decoración tuve la colaboración de mi hermana y aunque no me considero para nada experta y realmente considero que para decorar con glasa hay que tener mucha, mucha paciencia, los cuatro "vestidos de Minnie" quedaron bastante cucos.
Otro de los dulces que he hecho en los últimos cumpleaños de mis princesas son cake balls. Pero he de decir que a pesar de que se pueden hacer virguerías de decoración, los míos son bastante sencillos. Pero realmente quedan bien buenos (y no es porque lo diga yo).
Formo las bolitas y al congelador. Esta vez las hice de un día para otro, pero si se hacen el mismo días con una media hora es suficiente.
Esta vez en lugar de gastar candy melts utilizé chocolate rosa de cobertura y también otro azul de sabor de frutas del bosque que compré en Cuina de gust (tenían también de sabor de naranja, limón, coco...). Y como aún me quedaban bolas pro hacer el resto con cobertura de chocolate negra.
En esta ocasión además encontré en Mama Muffins unos de Minnie que me fueron geniales, con la forma de la cabeza de la ratita, tipo palitos blancos y lilas. Además yo tenía azúcar de color rosa y el resto los hice con unos confettis de azúcar.
Se coge entonces el palito, sucar la punta en el chocolate y luego clavar el palo. De esta manera ya queda algo enganchado y evitamos que la bolita se "suicide" en el chocolate.
Por cierto, lo suelo poner en una taza alargada porque así hay más fondo para sucar. Entonces suco la bolita, la escurro y en seguida, antes que se seque el chocolate (que es un momento al estar la bola fría) le echo por encima los esprinkles o bien los pongo en un platito y restrego la bola.
Y ahora sólo falta ponerlos a secar. Va genial el corcho verde que utilizan en las floristerías para montar los centros y que venden en las tiendas de chinos. Se forra con papel de plata o un papel bonito y el palito se clava genial.
Y, como dice mi hermana, me gusta liarme, también hice unos minicupcakes de chocolate con ganaché de chocolate. Los decoré con un pequeño lacito que me preparó Merche y quedaron la mar de buenos y monos.
Pero tengo que decir que el rey de la fiesta fue el pastel de Minnie que mi hermana Merche preparó a Júlia. Realmente para el poco tiempo que hace que se ha puesto con el tema de los pasteles de fondant le quedó precioso. Y además estaba de muerte. El relleno era de crema de queso de chocolate y cubierto con ganaché de chocolate negro. Vamos, para morirse.
Gracias Merche, me encantó, pero sobre todo a Júlia le entusiamó.
PD: Espero no volver a tardar tanto para una nueva entrada ;-)